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Una característica importante que todo bioemprendedor debe poseer a la hora de realizar un emprendimiento es saber hablar dos lenguajes completamente distintos. Al contrario de lo que pudieras pensar, idiomas como el español, inglés o chino, de poco te servirán si no dominas el más importante.
Los emprendimientos en biotecnología regularmente están conformados por personas que destacan en su campo de estudio. Sin embargo, toda compañía de base biotecnológica debe poseer elementos humanos con la capacidad de ser traductores de los objetivos y metas científicas y administrativas de la organización. Cuando un bioemprendimiento comienza, lo hace con un equipo reducido de personas, por eso es importante que al menos uno de ellos tenga la habilidad de comunicarse de manera efectiva, tanto con la parte que hace ciencia como con la que hace negocios.
En todo equipo de emprendimiento debe haber al menos una persona que actúe como traductor y mediador en las negociaciones de la compañía. Entender los problemas que están asociados a temas como marketing y financieros es sólo una parte. También, debes dominar aquellos relacionados con problemas técnicos y científicos. Por eso, debes hablar dos lenguajes lo suficientemente bien para que ambas partes lo entiendan.
Como biotecnólogos no estamos familiarizados con aspectos de negocios como finanzas, marketing, o legales. Algunos no están dispuestos a aprender de ellos, lo que puede conllevar a serios problemas en etapas tempranas del emprendimiento. Si estás en búsqueda de inversión necesitarás formular proyectos financieros que puedan atraer la atención de tus inversionistas. Entender los aspectos administrativos claves que fundamenten tu negocio puede ayudarte a catapultar tu bioemprendimiento.
Si el emprendedor es una persona de negocios pero que no conoce sobre los aspectos técnico-científicos de la empresa que le ayuden a entender los alcances y limitaciones del negocio, puede caer en la errónea creencia de que el producto o servicio desarrollado puede tener ciertas características o beneficios cuando realmente no es así. En estos casos, cuando un prototipo, prueba clínica o validación del producto mínimo viable es llevado a cabo, y que las expectativas sobre el mismo son demasiado altas, el resultado puede llegar a ser descepcionante y, en algunos casos, un fracaso.
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Todos los emprendedores, sean personas de negocios, de ciencia o ingenieros, deben hablar con sus contrapartes en el vocabulario de quien los escucha. La comunicación es un factor clave y se debe hacer asumiendo que el receptor tiene poco o nulo entendimiento en la materia. Por ejemplo, cuando un científico intenta comunicarle a un inversionista o persona de negocios sobre los beneficios de su desarrollo, en vez de tener un largo discurso sobre cómo “la variación alélica en los polimorfismos de nucleótidos simples y su haplotipo cromosomal contribuye a la predisposición a enfermedades”, debería decir algo como “Las modificaciones en el DNA incrementa la probabilidad de que una persona se enferme”. Hacer más asimilable y digerible la información es un reto que debemos resolver desde las primeras etapas de nuestro emprendimiento.
Aprende a simplificar la terminología común en tu especialidad, particularmente cuando tratas de comunicar el valor y significancia de lo que estás haciendo a otros. Utiliza palabras que signifiquen algo para tu interlocutor, utiliza analogías que describan complejos conceptos científicos o procesos biológicos. Recuerda que la comunicación verbal es un método fiel de transmisión de pensamientos e ideas a otro individuo. Las personas de negocios y los científicos abordan los problemas de manera diferente y cada uno puede beneficiarse de los pensamientos y soluciones ofrecidas por el otro. Sin embargo, ten en cuenta que es importante seguir el proceso de pensamiento del otro, antes que aceptar como un hecho las conclusiones a las que pueda llegar, no olvides que siempre debes ser crítico y objetivo.
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